Pintor y escultor

Jeff Alarie

Jeff Alarie (1984), artista autodidacta de La Tuque en Haute Mauricie, comenzó su práctica artística a una edad muy temprana. Popularizado en su lugar de nacimiento y regiones aledañas, realizó sus primeras exposiciones profesionales en galerías antes incluso de ser adulto. Perfeccionando continuamente su trabajo de investigación, entrelaza las técnicas de la pintura y la escultura en metal, que practica desde hace más de veinte años.

Le fascinan las interrelaciones entre los minerales y el reino vegetal. El lento movimiento de las plantas, su crecimiento, sus empujes, su poder esperando la emancipación. Observar el fenómeno del renacimiento, el ciclo constantemente repetido de la alternancia de las estaciones, satisface su deseo de inmortalizar y su voluntad de suspender el momento. Su técnica se basa en la inmediatez, en los estímulos de la espontaneidad y la crudeza, utilizando por ejemplo aerosoles. A pesar de sus investigaciones y el desarrollo de técnicas, el control de la precisión de aplicación coquetea estrechamente con el abandono y la dejadez del material. Una gran sensibilidad hacia la naturaleza que le rodea.

La línea del horizonte es esencial en su obra: ancla los pies al suelo, atrae la mirada y sitúa al individuo en el espacio. Allí encontramos lo que crece, lo que se multiplica y lo que se multiplica; En resumen, surge de él un sentimiento de florecimiento, sensualidad y lujuria.

Lo que surge es una mezcla ingenua de minimalismo, arte callejero y pop, que toca hábilmente la naturaleza onírica y la plasticidad del surrealismo orgánico. El inconsciente primitivo que sus piezas estimulan así en el espectador perpetúa el legado del surrealismo, de su apertura a realidades implícitas. Este último puede así sumergirse en un simbolismo de evasión y de contemplación, de proximidad a la Naturaleza y a esta naturaleza (del individuo).

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